Arquitectura: Jugando al Tetris en la ciudad de Gante
Un edificio resurge de sus cenizas para convertirse en varias viviendas llenas de luz gracias al ingenio de esta familia numerosa.
Viendo las ruinas que revelan las imágenes, era difícil imaginarse que de ellas algún día surgirían varias viviendas. La antigua tienda de disfraces que albergaba, que quedó prácticamente calcinada en un incendio en el año 2005, parecía un caso perdido hasta que apareció el arquitecto Maarten Vanbelle, de Vens Vanbelle. Al ver la privilegiada ubicación del inmueble, en el centro de Gante, decidió comprarlo junto con su hermano y sus padres.
Después de doce años de planificaciones lograron reconstruirlo. El resultado: cuatro apartamentos encajados como piezas de un rompecabezas y dispuestos alrededor de un patio interior inspirado en la arquitectura italiana. “Partimos prácticamente de cero”, explica Maarten Vanbelle. “Solamente se conservó la parte trasera del patio. El gran reto consistía en que cada vivienda estuviese conectada con la calle y el jardín, y que, a su vez, todos los espacios tuviesen mucha luz”. El hermano de Maarten Vanbelle vive en uno de los apartamentos; en otro, el propio arquitecto con su familia, mientras que los dos apartamentos restantes son propiedad de los padres, que los alquilan.
Después de doce años de planificaciones lograron reconstruirlo. El resultado: cuatro apartamentos encajados como piezas de un rompecabezas y dispuestos alrededor de un patio interior inspirado en la arquitectura italiana. “Partimos prácticamente de cero”, explica Maarten Vanbelle. “Solamente se conservó la parte trasera del patio. El gran reto consistía en que cada vivienda estuviese conectada con la calle y el jardín, y que, a su vez, todos los espacios tuviesen mucha luz”. El hermano de Maarten Vanbelle vive en uno de los apartamentos; en otro, el propio arquitecto con su familia, mientras que los dos apartamentos restantes son propiedad de los padres, que los alquilan.
ANTES: Así se encontraba la casa tras el incendio, prácticamente en ruinas.
La casa quedó prácticamente destruida por el incendio así que hubo que levantar de nuevo la pared exterior que daba a la calle. Tras una fachada pintada de blanco hoy se pueden ver cuatro viviendas modernas y luminosas, agrupadas alrededor de un patio interior central.
La casa quedó prácticamente destruida por el incendio así que hubo que levantar de nuevo la pared exterior que daba a la calle. Tras una fachada pintada de blanco hoy se pueden ver cuatro viviendas modernas y luminosas, agrupadas alrededor de un patio interior central.
DESPUÉS: “El patio interior es el corazón del concepto arquitectónico”, explica Maarten Vanbelle. De ahí parten todas las viviendas. La entrada de las dos primeras viviendas se sitúa en la planta baja, mientras que a los otros dos apartamentos se accede por unas escaleras de madera y hormigón.
Las paredes del patio interior están revestidas con ladrillos que formaban parte del edificio que ardió.
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Otra singularidad arquitectónica de este proyecto es esta pared exterior inclinada de aluminio pulido, que llega directamente a la terraza de la vivienda número 4. Es como un gran espejo que proyecta la luz del sol al patio interior y parece que transporta un trozo de cielo a la planta superior.
El lado interior de esta pared-espejo le da un toque de lo más especial al pasillo de la vivienda número 4.
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Más allá de esta licencia a la extravagancia, el equipo de arquitectos quiso respetar la privacidad de sus inquilinos. Por eso, todas las ventanas están orientadas de forma que estos no puedan mirarse los unos a los otros desde sus viviendas. Además, cada apartamento cuenta con su propia entrada.
Detrás del edificio hay otro patio donde se ha conservado una parte de la antigua pared exterior.
Además de ser una magnífica muestra de respeto por la historia de la casa, la antigua pared también sirve para proteger el salón de la vivienda número 1 de las miradas curiosas. La oficina de Maarten se sitúa en la parte trasera del patio posterior.
La impresionante escalera de madera de roble, situada en la vivienda número 1 (el apartamento del hermano de Maarten), es, sin duda, uno de los puntos fuertes de esta reconstrucción. Además, los distintos descansillos de las escaleras invitan a quedarse allí un rato. “Mi hermano y yo tenemos debilidad por los asientos poco habituales. Nos gusta la idea de poder sentarnos en diferentes lugares de la casa”, explica el arquitecto. La pared inclinada de la derecha, al lado de la escalera, es el lado opuesto de la escalera de la casa de Maarten.
Los tableros de DM lacados en color blanco combinan a la perfección con el armario empotrado de madera y le dan a la vivienda número 1 un toque muy contemporáneo.
Esta es la cocina de la vivienda número 2, la de Maarten y su familia. El arquitecto optó por recubrir los armarios con terracota esmaltada para rebajar un poco el aspecto de cocina y crear un ambiente más acogedor.
Para que entrase todavía más luz en la cocina y en el salón, el arquitecto se decantó por dejar el techo semiabierto. Este, a su vez, es el suelo de cristal del espacio ubicado en el piso superior, lo cual inyecta en el ambiente un aire de lo más original.
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En esta vivienda tampoco podía faltar una diversidad de lugares individuales donde sentarse. Desde los asientos habilitados en cada una de las amplias ventanas de madera se obtienen unas vistas maravillosas de los tejados de la ciudad. Piezas de diseño actual, como el sofá Togo, de Ligne Roset, completan el salón.
El dormitorio de los padres está situado en la planta superior y se caracteriza por un estilo sencillo. Consta de una cama, colocada en el centro, y de una pequeña mesilla de noche: eso es todo. “La pared de ladrillos añade una textura interesante y hace que se cree una conexión óptica con la fachada del patio interior”, explica el arquitecto.
El cuarto de baño también lo planificó íntegramente el arquitecto. Mientras uno se toma un baño, es posible disfrutar de las bonitas vistas del exterior.
Desde el cuarto de baño, y también desde el dormitorio, se puede acceder a la terraza, que ofrece una panorámica maravillosa de la ciudad.
Este es el salón de la vivienda número 3.
Maarten Vanbelle planificó las cuatro viviendas de arriba abajo. La mayoría de los techos son de hormigón, con lo que consiguió ahorrar algo de dinero. Para contrarrestar, el arquitecto empleó madera de roble de modo que el espacio en su conjunto no pareciese demasiado frío. Le confiere una apariencia muy actual y contemporánea.
Estos planos ilustran muy bien la distribución de las viviendas en las respectivas plantas, que parecen una composición sacada de una partida de Tetris.
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Quién vive aquí: Dos parejas (viviendas 1 y 3), una familia de tres miembros (vivienda 2) y tres personas (vivienda 4)
Situación: Gante, Bélgica
Superficie: Las viviendas 1, 2 y 4 tienen casi 140 metros cuadrados respectivamente; la vivienda 3 tiene unos 100 metros cuadrados
Presupuesto: Casi 528.000 euros en total. “Aun así, es barato en comparación con los precios de las inmobiliarias en Gante”, dice Maarten Vanbelle.
Arquitectos: Maarten y Dries Vens de Vens Vanbelle.
Fotos: Tim Van de Velde