Visita privada: Una casa que se adapta al ritmo de sus dueños
En este luminoso piso de 65 m² en Barcelona vive una pareja con diferentes jornadas laborales... ¡y un niño en camino!
Ismael trabaja algunos turnos de noche como supervisor en una compañía aérea y Laia, enfermera, pasa muchas mañanas en casa cuando le toca turno de tarde. Así que, mientras uno duerme, otro está en el momento más activo de su jornada y no molestarse entre sí era uno de los grandes retos de esta reforma. El otro era conseguir que pasara de ser un espacio oscuro a una casa amplia y llena de luz. Para ello contactaron con Íñigo Gómez, arquitecto de 5lab, que se ha encargado de la reforma y del interiorismo de la casa.
Aportar luz a la casa fue relativamente fácil. “Todas las habitaciones son exteriores; el baño, incluso, cuenta con una gran ventana. Además, es un piso alto, por lo que entra más luz”, explica Íñigo. En la imagen, la zona de comedor con la cocina separada con puertas correderas.
“Nuestra propuesta era evitar transiciones marcadas de materiales porque teníamos un espacio pequeño. Manteniendo una homogeneidad en los suelos conseguimos amplitud visual”, explica Íñigo. La pareja se decantó por un pavimento cerámico. Es una pieza que tiene un acabado envejecido con texturas de hormigón, pero con un tono beige, lo que le da un aspecto más cálido. “No queríamos un típico parqué, pero tampoco baldosas tradicionales y elegimos este suelo de aspecto industrial”, explica Laia.
Pavimentos: Concrete beige, de Fioranese
“Nuestra propuesta era evitar transiciones marcadas de materiales porque teníamos un espacio pequeño. Manteniendo una homogeneidad en los suelos conseguimos amplitud visual”, explica Íñigo. La pareja se decantó por un pavimento cerámico. Es una pieza que tiene un acabado envejecido con texturas de hormigón, pero con un tono beige, lo que le da un aspecto más cálido. “No queríamos un típico parqué, pero tampoco baldosas tradicionales y elegimos este suelo de aspecto industrial”, explica Laia.
Pavimentos: Concrete beige, de Fioranese
Tras la reforma, cocina, comedor y salón están integrados. Para potenciar la luminosidad de la casa, los blancos y las maderas claras son protagonistas.
Una de las cuestiones claves a trabajar era el aislamiento: se trata de una vivienda fría, orientada al norte y de construcción antigua. “Cambiamos todas las ventanas y aislamos la casa con un trasdosado interior que nos permitió crear un buen aislamiento térmico –cuenta el arquitecto. También cambiamos la calefacción y el aire acondicionado por aerotermia. Una de las ventajas es que no es necesario tener radiadores distribuidos por toda la casa”, explica.
“Las dos ilustraciones sobre el sofá las compramos hace mucho tiempo, antes de saber que viviríamos en este piso. Las vimos en una galería paseando por el barrio del Born y nos gustaron porque nos vimos reflejados en ellas. En general, Isma es más calmado que yo, pero también es muy caos en casa. ¡Y yo al revés!”, cuenta Laia.
Búsqueda de PROFESIONALES: Encuentra en Houzz a los constructores y albañiles que te pueden ayudar en tu próxima reforma
Una de las cuestiones claves a trabajar era el aislamiento: se trata de una vivienda fría, orientada al norte y de construcción antigua. “Cambiamos todas las ventanas y aislamos la casa con un trasdosado interior que nos permitió crear un buen aislamiento térmico –cuenta el arquitecto. También cambiamos la calefacción y el aire acondicionado por aerotermia. Una de las ventajas es que no es necesario tener radiadores distribuidos por toda la casa”, explica.
“Las dos ilustraciones sobre el sofá las compramos hace mucho tiempo, antes de saber que viviríamos en este piso. Las vimos en una galería paseando por el barrio del Born y nos gustaron porque nos vimos reflejados en ellas. En general, Isma es más calmado que yo, pero también es muy caos en casa. ¡Y yo al revés!”, cuenta Laia.
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“El cactus de la estantería nos lo regaló mi padre. A él le encantan los cactus y siempre me decía que faltaba algo verde en casa. Es de mentira, así que nos durará mucho tiempo. La foto del elefante la encontramos y la enmarcamos porque ¡nos encantan los elefantes!”, cuenta Laia.
Además, también hay una foto de uno de los primeros viajes de la pareja cuando fueron a Londres a ver a unos amigos.
Además, también hay una foto de uno de los primeros viajes de la pareja cuando fueron a Londres a ver a unos amigos.
Para comunicar cocina y salón se instalaron paneles correderos triples. “Queríamos algo distinto a las puertas habituales, por lo que nos gustó esta solución”, añade Laia.
Todo el mobiliario fue creado a medida para la casa. “En el caso de la mesa de comedor utilizamos unos caballetes de la marca HAY y creamos un sobre con la misma madera de roble del baño y del mueble”, explica Íñigo.
“Cuando tenemos un momento y vemos la tele en el salón, solemos poner series en Netflix tipo The good wife o El Alienista. Últimamente, nos dormimos al segundo”, confiesa la dueña.
Sillas Laclasica y mesita con material Fenix: Stua; lámpara de techo Ambit: Muuto
Todo el mobiliario fue creado a medida para la casa. “En el caso de la mesa de comedor utilizamos unos caballetes de la marca HAY y creamos un sobre con la misma madera de roble del baño y del mueble”, explica Íñigo.
“Cuando tenemos un momento y vemos la tele en el salón, solemos poner series en Netflix tipo The good wife o El Alienista. Últimamente, nos dormimos al segundo”, confiesa la dueña.
Sillas Laclasica y mesita con material Fenix: Stua; lámpara de techo Ambit: Muuto
Para el aparador se usaron las mismas maderas que en el mueble del baño, que veremos más adelante.
“Ismael trabaja de noche y madrugada; algunos días duerme de día. Yo, en cambio, paso algunas mañanas en casa”, explica Laia: “al ser un piso tan pequeño es importante que la vida de diario estuviera lo más alejada posible de la habitación”, dice.
Para ello, se modificó el acceso a la cocina, que se desplazó desde el pasillo al salón-comedor. Estas pequeñas intervenciones cambiaron el modo de uso de la casa; “pero a nivel de obra no eran importantes”, dice el arquitecto.
Para ello, se modificó el acceso a la cocina, que se desplazó desde el pasillo al salón-comedor. Estas pequeñas intervenciones cambiaron el modo de uso de la casa; “pero a nivel de obra no eran importantes”, dice el arquitecto.
La cocina es pequeña, apenas cuenta con 5 metros cuadrados. “Elegimos una distribución en U, que aprovecha más los espacios pequeños, y la abrimos al salón con una puerta grande que desahoga el espacio”, relata. La solución encajó a la perfección, “porque no queríamos una cocina cerrada, pero tampoco abierta”, cuenta Laia.
Para los frontales de la cocina y en la encimera se escogió Fenix, de Arpa Industriale, un material negro y de aspecto mate. Se trata de un revestimiento multicapa con resinas acrílicas. “Es un material muy interesante porque se puede trabajar con negro y no marca las huellas. Tampoco deja marcas tras la limpieza”, cuenta el arquitecto e interiorista.
Para los frontales de la cocina y en la encimera se escogió Fenix, de Arpa Industriale, un material negro y de aspecto mate. Se trata de un revestimiento multicapa con resinas acrílicas. “Es un material muy interesante porque se puede trabajar con negro y no marca las huellas. Tampoco deja marcas tras la limpieza”, cuenta el arquitecto e interiorista.
En la pared de la izquierda se aprovechó toda la altura para colocar los muebles altos, liberando el resto de paredes.
“Casi siempre cocina Isma, a mí se me da fatal”, reconoce Laia: “para cenar siempre hacemos cosas fáciles, como ensaladas o gazpacho. Algunas noches nos hacemos un mixto o pedimos pizza. Recientemente, nos hemos aficionado a cenar algo que llaman overnight oats [una mezcla de avena, leche, yogur y fruta]. Nos lo enseñó una amiga; es fácil y va bien para la línea”, dice.
“Casi siempre cocina Isma, a mí se me da fatal”, reconoce Laia: “para cenar siempre hacemos cosas fáciles, como ensaladas o gazpacho. Algunas noches nos hacemos un mixto o pedimos pizza. Recientemente, nos hemos aficionado a cenar algo que llaman overnight oats [una mezcla de avena, leche, yogur y fruta]. Nos lo enseñó una amiga; es fácil y va bien para la línea”, dice.
Planta de la vivienda una vez reformada. Además de la redistribución del espacio, en el plano se aprecia el incremento en el grosor de los muros, por el aislamiento que se ha instalado.
Desde la entrada principal, como veíamos en el plano, hay un pasillo que sirve para distribuir la zona de noche, con los dos dormitorios a mano izquierda y el único baño de la casa a la izquierda. Al fondo, en la imagen, quedaría la zona de día, que ya hemos visto.
El dormitorio más cercano a la puerta de entrada es el del futuro bebé (en la imagen, Laia ordenando la ropita de Bruno). “Para las paredes elegimos un tono blanco roto”, explica. “El techo lo pintamos de un tono blanco, pero más puro”, dice ella.
“Todos los nombres que teníamos en la cabeza eran de niña y cuando supimos que sería un niño tuvimos un problema, no encontrábamos ninguno que nos gustara. Solo nos gustaba Bruno, pero una de mis mejores amigas se lo había puesto a su primer hijo. Lo hablamos con ella y la idea le encantó”, recuerda.
“Todos los nombres que teníamos en la cabeza eran de niña y cuando supimos que sería un niño tuvimos un problema, no encontrábamos ninguno que nos gustara. Solo nos gustaba Bruno, pero una de mis mejores amigas se lo había puesto a su primer hijo. Lo hablamos con ella y la idea le encantó”, recuerda.
En el dormitorio principal se redujo el mobiliario al mínimo, con una cama y un pequeño aparador frente a ella. El vestidor se encuentra fuera del dormitorio, para que la pareja pueda compaginar sus horarios.
“Junto a la entrada había un pequeño trastero y un lavadero, cada uno independiente. Lo que hicimos fue robarle unos metros a la entrada para crear un vestidor grande. De este modo, la habitación se reserva únicamente como zona de descanso, respetando así los diferentes horarios que tiene la pareja”, explica Íñigo. Además de vestidor esta estancia es la zona técnica y de instalaciones de la casa, con la máquina de aerotermia, lavadora, secadora y zona de limpieza.
“Junto a la entrada había un pequeño trastero y un lavadero, cada uno independiente. Lo que hicimos fue robarle unos metros a la entrada para crear un vestidor grande. De este modo, la habitación se reserva únicamente como zona de descanso, respetando así los diferentes horarios que tiene la pareja”, explica Íñigo. Además de vestidor esta estancia es la zona técnica y de instalaciones de la casa, con la máquina de aerotermia, lavadora, secadora y zona de limpieza.
En cuarto de baño es grande en relación al tamaño total de la casa; cuenta con mucha luz natural. “Aprovechamos esta característica para pintar con colores más oscuros”, explica el arquitecto: “queríamos era un espacio acogedor, en el que apeteciera pasar tiempo”, añade. “Es la estancia que más nos gusta, porque tiene un aire diferente al resto de la casa”, reconoce Laia: “sorprende mucho a los invitados”, revela.
La mampara se hizo a medida. “Laia e Ismael tenían claro que querían cuarterones, así que buscamos un taller de carpintería metálica que lo fabricara”, relata Íñigo. El baño tiene el mismo pavimento que el resto de la casa, pero con acabado antideslizante.
La mampara se hizo a medida. “Laia e Ismael tenían claro que querían cuarterones, así que buscamos un taller de carpintería metálica que lo fabricara”, relata Íñigo. El baño tiene el mismo pavimento que el resto de la casa, pero con acabado antideslizante.
El marco del espejo es el mismo material de la mampara, para darle continuidad. La pica del lavabo es de piedra natural. El mueble se hizo a medida. “Diseñamos un pasacables interior donde esconder los cepillos de dientes”, desvela Íñigo.
Más casas contadas por sus dueños en la sección ‘Visita privada’ de la Revista Houzz España
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Quién vive aquí: Laia Sánchez e Ismael Sánchez; muy pronto, Bruno se unirá a la familia
Situación: Barrio El Guinardó, Barcelona
Superficie: 65 metros cuadrados
Proyecto: Íñigo Gómez, de 5lab
Fotografía: Jordi Folch
Esta casa perteneció a los abuelos de Laia, que la compraron en la década de los 40. El reto principal era conseguir que la vivienda fuera más luminosa. “Casi toda la casa estaba panelada con madera de tonos oscuros y tenía poca luz”, explica Íñigo Gómez, responsable de la reforma. Laia tenía claro que era aquí donde quería crear su hogar. “En ella nacieron mi padre y mis tíos”, cuenta Laia.